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7  CONSEJOS PARA QUE NO ESTRESES A TU CONTADOR SIN NECESIDAD

 

7 consejos para que entiendas el trabajo de tu contador
  • No entregues tu documentación pocos días antes de la fecha límite de presentación de la declaración anual, ya que si lo haces es muy probable que no dé tiempo de elaborarla y presentarla a tiempo. El contador ya está trabajando con clientes ordenados que entregaron con buena anticipación. No es solamente el tiempo de hacer los cálculos y la revisión de requisitos fiscales de cada comprobante fiscal; tiene que dedicar un tiempo a resolver dudas y aclarar pendientes contigo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  • Alguien tiene que ser primero y alguien más se va a quedar al final. Ahora es más fácil reunir la documentación, ya que se entrega por medios digitales. Opciones hay para escoger: Dropbox, USB, Skydrive, correo electrónico y CD, hasta por WhatsApp. Al ser un trabajo muy laborioso, es importante que el cliente entregue sus papeles lo más pronto posible.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  • ¡No mates al mensajero! ¿Te llegó un requerimiento o un correo electrónico? No entres en pánico ni te enojes; habla con tu contador. El fisco envía muchas veces recordatorios a todos los contribuyentes, a pesar de que no haya llegado aún la fecha de presentación de su declaración. Son sólo correos de invitación.

     

     

     

     

     

     

     

     

     

 

 

 

 

 

 

 

 

  • Los contadores no hacen la ley; únicamente la aplican, con todo y sus complicaciones y cambios.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  • No todos tus gastos pueden ser deducibles. No te enojes si no puede meter la factura del juguete de tu hijo. Pide a tu contador que te explique qué puedes deducir y hasta qué monto, y avísale antes de que vayas a hacer alguna inversión o gasto mayor.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  • Recuerda que los contadores son humanos, que hacen su trabajo de manera profesional, a contrarreloj, y que si comenten algún error están dispuestos a corregirlo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  • Cuando contratas a un profesional de los impuestos, no estás pagando sólo por el cálculo; estás pagando por el conocimiento y la experiencia de la persona atrás de esa computadora y merece ser compensada. Recuerda que lo barato sale caro.

 

 

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